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Barcelona, 20 años después

En 1998 se celebró en Barcelona el primer Congreso de la AMP, y veinte años después esta ciudad vuelve a acoger el XI Congreso. Aquel año, Barcelona aún mostraba el brillo de las novedades recientes en urbanismo y arquitectura que supuso las Olimpiadas de 1992, y el Congreso fue testigo de la influencia de aquel significante imaginario, la Barcelona del 92. En estos dos últimos decenios, la ciudad ha intentado mantener vivo ese semblante acogedor, no sin ciertas controversias.

La llegada del tren de alta velocidad al centro urbano, la inauguración de una nueva terminal aeroportuaria, o la adaptación del puerto a los grandes cruceros –que han convertido Las Ramblas casi en una extensión de la pasarela de desembarque-, ha facilitado cada año la llegada a millones de visitantes extranjeros. Como contrapartida sintomática, ha continuado el alza de los precios de la vivienda, debido a la afluencia masiva de turistas y la implantación de las plataformas on line de alquiler de pisos.

Por otra parte, la renovación urbanística se ha guiado por la aplicación de criterios ecológicos y de sostenibilidad. Se han construido nuevas líneas de metro (una de las cuales llega ahora hasta el aeropuerto), y un sistema de tranvías que une el centro de la ciudad con las poblaciones que la rodean. Además de habilitarse cientos de kilómetros de carriles bicis, de ordenarse la red de autobuses ortogonalmente, y acondicionarse o ampliarse muchas zonas verdes por toda la ciudad.

Y en el plano arquitectónico, destaca la transformación desde 1998 de algunos lugares simbólicos de la ciudad, como el considerable progreso que se ha alcanzado en la construcción del templo de la Sagrada Familia, que ya se encuentra en la fase final, el interior acabado y la mayoría de las torres levantadas; la creación de un nuevo barrio, el Distrito 22@, que releva en esa zona urbana la histórica actividad industrial –desplazada a las afueras de la ciudad-,para ofrecerla ahora a otras relacionadas con las nuevas tecnologías; o la inauguración, a finales del siglo pasado, del nuevo Gran Teatre del Liceu, tras el incendio que lo arrasó en 1994.

Así pues, los asistentes a este próximo XI Congreso de la AMP encontrarán Barcelona algo diferente de aquella de 1998. Pero como entonces, dispuesta a animar el deseo de los visitantes. ¡Buen regreso o buen encuentro!