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“Otro centramiento”*

¿Qué es la conversación sino un trayecto transitable en el que poder bordear lo innombrable del goce? Son tiempos convulsos para la conversación, sobre todo si se la toma vehiculizando un real. Es así como el sujeto de la psicosis toma todo su interés, en tanto nos enseña en su experiencia del uso del lenguaje, que si bien este agujero es vacío de significación, no por eso es imposible de hacer pasar al intercambio.

Con lo que Lacan denominó “el otro centramiento” concretó en un breve discurso dirigido a los psiquiatras de la época, una salida posible para el lugar del médico respecto a la psicosis: “En resumen, si la cuestión del loco puede esclarecerse por el psicoanálisis, sería evidentemente partiendo de entrada de otro centramiento, de lo que se llama relación primera”i, dando así la primacía a una dimensión del Otro como lugar del significante.

Bajo esta conceptualización, dirá que respecto a la cadena significante “los hombres libres, los verdaderos, son precisamente los locos”, mostrando que “el lenguaje no está hecho para la comunicación…- sino que – hace el sujeto”ii.

Ya en esta ocasión avanza sobre la idea de que hay cierta participación del cuerpo en tanto real, lo cual introduce un matiz interesante respecto al lenguaje siendo soportado en el cuerpo, en este caso la voz en tanto elemento parasitario en las psicosis: “En tanto [que] voz, ella no tie­ne sentido aquí más que por ser soporte del sig­nificante”iii.

Hebe Tizio, en “El goce de lalengua y el discurso”iv, nos dice que la experiencia con la psicosis es lo que lleva a Lacan a extraer la función del objeto mirada y el objeto voz.” Y cita a Jacques Alain Miller para precisar que “la palabra anuda el uno al otro, el significado o mejor el a-significar, lo que está por significar y el significante”v. Lo cual nos da las coordenadas en las que se anuda el significante y el cuerpo.

Con la introducción del parlêtre se vivifica esta relación primera entre el significante y el cuerpo. Esto inicia una nueva idea sobre las relaciones humanas, desde el estadio del espejo en tanto formador de la unidad del cuerpo, a hay lo Uno.

Jacques Alain Miller en su curso “El Ser y el Uno” nos adentra en lo enigmático y fragmentario de la última enseñanza de Lacan, en la que en principio la falta en ser determina al sujeto ontológico, pero vemos precisamente como lo que hace Lacan finalmente es alejarse de esta perspectiva dando a este cuerpo una manifestación física: “A partir de la jaculatoria hay lo Uno las cosas cambian. El cuerpo aparece entonces como lo Otro del significante y en la medida en que está marcado, que el significante ha provocado en él un acontecimiento.”vi

A partir de esto se puede dar una nueva lectura al narcisismo, en la que encontramos en la psicosis dos puntos referenciales, Schreber y Joyce.

Lacan en el seminario III, cuando nos habla de la disolución imaginaria, refiere a Schreber para esclarecer los hilos con los que se tejerá, en este caso, una vía posible de elaboración: “Es sugerente ver que, para que todo no se reduzca de golpe a nada, para que toda la tela de la relación imaginaria no se vuelva a enrollar de golpe, y no desaparezca en una oquedad sombría de la que Schreber al comienzo no estaba muy lejos, es necesaria esa red de naturaleza simbólica que conserva cierta estabilidad de la imagen en las relaciones interhumanas.”vii

Por un lado Schreber da luz sobre lo que da estabilidad a eso que llamamos cuerpo con esa red de naturaleza simbólica. Por otro, Joyce, que no por su funcionamiento, más bien por su falla, da cuenta de lo que implica tener un cuerpo y del estatuto del acontecimiento de cuerpo, que en tanto letra de goce le permite anudar los tres registros.

A partir de aquí ese acontecimiento del cuerpo, acontecimiento primero y reiterado hasta su saciedad, que es el goce, aparece como la verdadera causa de la realidad psíquica.

En este recorrido se puede ver que se trata de una hiancia, esa que se puede encontrar en una conversación (volviendo a la tesis inicial de este texto) y es que hay una distancia entre sentido y goce. Es esa distancia/diferencia lo que el psicoanálisis explora y explotaviii, haciéndolo emerger en tanto nudo, como lo que sustenta al sujeto lacaniano, al parlêtre y a sus relaciones con el mundo.

 

 

* Lacan, J. “Conférence sur la psychanalyse et la formation du psychiatre”. El 10 de noviembre de 1967, Jacques Lacan dio una conferencia en el anfiteatro Magnan del Hospital Sainte-Anne en el marco del Cercle d’études psychiatriques creado junto con Henri Ey en 1966.

Texto en francés disponible en internet.

 

i Ibíd.

ii Ibíd.

iii Ibíd.

iv Tizio, H. “El goce de lalengua y el discurso” Texto publicado en la web del congreso https://congresoamp2018.com/textos-del-tema/goce-lalengua-discurso/

v Miller, J.-A. “Jacques Lacan y la voz”, en Freudiana 21, 1997, p.11.

vi Miller, J.-A. “De la falta en ser al agujero”, en Freudiana 70, 2017, p.19

vii Lacan, J. (2004) Seminario, libro III: Las psicosis (1955-1956), Buenos Aires, Paidós, p.143.

viii Miller, J.-A. “Leer un síntoma” Texto presentado al término del congreso de la NLS, que se realizó en Londres los día 2 y 3 de abril 2011. Texto establecido por Dominique Helvoet, no revisado por el autor. (Disponible en internet)