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Entrevista a Carlos Márquez (NEL)

Entrevista realizada por Ana Viganó (NEL, México)

 

 

1) Desde el argumento, nuestro próximo Congreso se presenta como una recapitulación de dos décadas de trabajo sobre la noción de Psicosis ordinarias. Pero también como una plataforma de lanzamiento para pensar, desde este resorte, una consideración sobre la clínica psicoanalítica en general. ¿Qué hemos aprendido sobre las psicosis ordinarias los psicoanalistas? ¿Qué usos crees que se la ha dado a esta noción pensada desde el punto de vista clínico, epistémico, pero también político? ¿De qué manera crees que lo que las Psicosis nos enseña permite hacer avanzar la perspectiva general de la clínica psicoanalítica y al psicoanálisis en intensión y extensión?

2) El argumento nos propone leer el subtítulo Bajo transferencia como una opción sin coartadas. Por su parte Miquel Bassols señala cómo el título entero puede pensarse como una interpretación con efectos distintos si es recibida desde el interior o desde el exterior de la AMP(1). ¿Qué puedes decirnos entonces de la perspectiva de transferencia en el campo de la clínica como en el de nuestra comunidad analítica, el Campo Freudiano?

 

No hay Otro, lo que hay es Amor, para bien o para mal. También hay Odio e Ignorancia. Los seres hablantes nos anudamos con trozos de lenguaje y de cuerpo. A menudo ese anudamiento lo hacemos en masa. Del amor analizado se espera que sea menos tonto. ¿Se espera que un analizado deje de odiar o de ignorar a su semejante? Se podría decir que lo que se aspira es a que esas pasiones estén esclarecidas, que no dominen por completo el campo del propio acto, que pueda ubicarse el punto de inflexión en el propio ser donde abrevan, esa cochinada de la que estoy hecho y que a falta de una mejor solución eyecto e incrusto en el semejante, para hacerlo objeto de abyección.

El título del Congreso hace un fuerte llamado a la comunidad analítica. Como lo subrayan los autores del argumento hacia el final (2), no solo se trata de juntar una nueva categoría, muy a tono con los tiempos donde el hecho de que el Otro no exista se ha revelado, con uno de los conceptos fundamentales de todos los tiempos de nuestra disciplina. Se trata de una apuesta por el amor de transferencia con la comunidad donde ese concepto se vivifica. Solo hay “psicosis ordinaria” “bajo transferencia”. Bajo transferencia en la práctica clínica es que pueden captarse los signos discretos y huidizos que nos permiten autorizarnos definitivamente a abandonar toda tentativa de normalización. Bajo transferencia con la Orientación Lacaniana es que podemos servirnos de esa “no-categoría”, como la llama Miquel Bassols (3). Bajo transferencia con nuestra comunidad es que podemos contestar políticamente la autorización o proscripción salvaje de goces que no han sido pasados por el tamiz de la elaboración singular de cada uno, lo cual constituye una respuesta digna y una orientación en una época en la que cada quien se autoriza de su goce más o menos barnizado con ideología para atentar contra la singularidad del otro y contra la democracia.

Como dejan entrever los autores del argumento, esta “no-categoría” permite la puesta en acto de la conjunción de la política de la extensión del psicoanálisis, con una respuesta actual a la crisis de las clasificaciones en las ciencias humanas y en el campo “psi”, con la política de intensión del psicoanálisis, que apuesta por un nuevo arreglo más allá del Nombre del Padre para los desarreglos entre los registros, espacio donde las psicosis ordinarias nos enseñan cuando nos topamos con ellas, cuando algunos sujetos están bajo transferencia.

 

 

 

  1. Bassols, M., Elogio de las psicosis ordinarias. Disponible en internet.
  2. Aromí, A., Esqué X., Las psicosis ordinarias y las otras, bajo transferencia. Disponible en internet.
  3. Bassols, M. Op. Cit.