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Joan Miró, declaración

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Cuando en 1920 Miró llegó a París con el autorretrato bajo el brazo, dejaba atrás sus estudios artísticos en diversos centros y su primera exposición, todo un fracaso, en la que Miró no vendió ni un cuadro. Recibió algún comentario favorable, pero numerosos insultos.

Joan Miró:
En la exposición esa, un escándalo absoluto como te digo, por no tener dinero los cuadros los enmarqué simplemente con madera y luego los pinté yo con purpurina, eso salía más barato. Y luego expuse muchos dibujos en los sótanos, y los dibujos no se enmarcaron, claro, con chinchetas se clavaron en las paredes en unas maderas. Y hubo muchísimos que rompieron, con cartas y con inscripciones en las paredes con insultos, ¿comprendes? Pero a mí eso me excitaba para seguir adelante, nada de molestarme, al contrario. Eso me daba una fuerza para seguir trabajando a contracorriente, ¿comprendes? Eso me ha dado unos músculos fuertes. ¿Comprendes?

 

 

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