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Reductio ad rerum…Y la ciencia te hará libre

Un reciente artículo de La Vanguardia resalta que, según el último informe del Ranking Web de Universidades, Sigmund Freud es “el científico más citado del mundo”[i]. Si bien los inicios de Freud no auguraban semejante acogida por la intelligentsia, es conocida su promesa de comunión entre ciencia y psicoanálisis: “nuestra mejor esperanza para el futuro es que el intelecto -el espíritu científico, la razón- establezca con el tiempo la dictadura dentro de la vida anímica. La esencia de la razón garantiza que en tal caso no dejaría de asignar su lugar debido a las mociones afectivas de los seres humanos y a todo lo comandado por ellas[ii]. Una unión imperfecta entonces: el lugar del afecto es el de un amo que debe ser preservado, no engullido, por la dictadura de la razón, que ya se sabe, garantiza monstruos. El deseo de dominio requería cautela: “Lo que hallamos en la ciencia acerca de la génesis de la sexualidad es tan poco que este problema puede compararse con un recinto oscuro dónde no ha penetrado siquiera la vislumbre de una hipótesis[iii]. Freud alude aquí a la cópula como hito en la evolución de las especies, por lo que estas citas señalan así un doble límite del saber científico: lo vivo sexuado, y el goce.

Lacan abordará, abrazando la razón, ese recinto hostil a la hipótesis científica. Pero nunca admitió una aprensión científica del psicoanálisis. Rehusó por otra parte a la ciencia el estatuto de discurso del modo en que lo pensó para la universidad, la histeria, el amo y el analista; como tampoco concibió discurso para la psicosis. La ciencia nace por taponar, forcluir, el efecto de apertura de la significación, o dicho de otra manera, el sujeto. A la vez, emerge precipitando la decadencia del amo, surgiendo como cortocircuito de la tradición, y por ende como cuestionamiento radical de los saberes autoritarios. En su jaque al S1, y por su obliteración del $, hay por tanto equivalencia, coincidencia, entre sistema (escritura formal) y objeto. La ciencia apunta a un saber en lo real, es una reductio ad rerum.

En ese sentido tiene consecuencias heterogéneas al efecto de discurso. Por ejemplo, un cálculo complejo puede indicar la existencia de una masa sobrante, y ésta verificarse experimentalmente décadas después bajo el nombre de ‘Bosón de Higgs’. La letra anticipa así la aprensión empírica, se libera de los sentidos alcanzando un real sin verdad subjetiva.

Pese a ello, Lacan al final de su enseñanza le daba poco bombo. Le parecía más interesante seguir la ciencia ficción, y advertía que la “oficial” avanzaba “a tientas y a locas”, considerándola una “posición imposible”[iv] … Como educar, gobernar o psicoanalizar, pero carente de estructura discursiva cuadripartita por ser “ideología de la supresión del sujeto”[v].

Si no se sustenta del S1, ¿de qué ideología se trata?

Por ser presencia del sistema significante en lo real, produce objetos fuera de significación que irrumpen en la realidad. En su forclusión de la verdad, la operación científica es afín a la locura[vi]. Y en efecto: ¿no resulta tentadora la certeza? Como la psicosis, la ciencia es una suerte de firma sin filiación, una promesa de libertad.

[i] La Vanguardia, edición impresa del 28 de febrero del 2018.

[ii] Freud, S. (1920/1991). 35ª Conferencia: En torno de una cosmovisión. En: Sigmund Freud, Obras completas, Volumen 22. Buenos Aires: Amorrortu. pp. 158.

[iii] Freud, S. (1920/1991). “Más allá del principio del placer”. En: Sigmund Freud, Obras completas, Volumen 18. Buenos Aires: Amorrortu. pp. 55-56.

[iv] Lacan, J. (1974/2014). Freud per sempre. Entrevista en la revista Panorama, del 21 de noviembre del 1974, realizada por Emilia Granzotto: http://blog.elp.org.es/1104/entrevista-a-jacques-lacan-en-1/

[v] Lacan, J. (1970/2012). “Radiofonía”. En: Otros Escritos. Buenos Aires: Paidós. p. 460.

[vi] Lacan, J. (1966/2013).” La ciencia y la verdad”. En: Escritos. Buenos Aires: Paidós. p. 830.