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Francois Cheng, el amigo chino de Lacan

El semiólogo y poeta Francois Cheng fue quien a través de su enseñanza personal, introdujo la  filosofía y poesía oriental en el ideario lacaniano.

En el que sería su último encuentro, al despedirse, Lacan le entregará un bello regalo con estas palabras: “Querido Cheng por lo que sé de Ud., ha conocido, a causa de su exilio, varias separaciones en su vida: separación de su pasado, separación de su cultura. Ud. sabe, ¿no es cierto?, transformar esas separaciones en Vacío Central eficaz y reunir su presente a su pasado, el Occidente al Oriente. Ud. estará, al fin –lo está, ya lo sé- en su tiempo.[i]

Se trata de una frase hermosa, casi la que le podría decir un analista a su analizante al final de su análisis.

“Cheng nunca le pidió análisis a Lacan, pero seguramente algo le habrá demandado para que él le regalara esta interpretación. Y lo que le pedía sin saberlo, era que le dijera cómo vivir con todo lo que le había pasado en la vida: el exilio, una enfermedad terrible, pérdidas muy difíciles de soportar. Y además le preguntaba a Lacan cómo vivir en Francia siendo chino. Es muy difícil vivir en Francia siendo chino. Lacan le contestó que a través de la reconquista de la poesía china, porque él la había reconquistado para Francia. Entonces ese deseo de relanzar la poesía china al francés, era un deseo en presente, que permitía relanzar su presente en Francia a su pasado y así estar en su tiempo”[ii].

Lacan le propone una invención de la cual Cheng era evidentemente capaz.

“Por qué no prueba a hacer algo con eso”, propone mi analista ante la reiteración consabida de lo que perfilaba como incurable.

Neuróticos, psicóticos ordinarios y no, todos aunados en una clínica borronea que llama al invento singular para bordear el agujero de la forclusión generalizada y del troumatisme. Al igual que Cheng, todos igualados en la misma tarea.

En el año 2002 Cheng es incorporado a la Academia Francesa por su aporte.

Y la paciente de mi analista, finalmente, logró hacer algo con eso.

 

[i] Torres, M.,”Fracaso del inconsciente, amor al síntoma”, Grama, Bs. As., 2008.

[ii] Íbid.