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De moins en moins fou

Interrogado en su jardín de Cadaqués, Salvador DALÍ cuenta su felicidad: “De hecho estoy cada vez menos loco; estoy tan equilibrado… En cuanto a felicidad, muy a menudo debo tocar madera -soy supersticioso-, porque a veces tengo miedo de morir o reventar de exceso de satisfacción, hasta tal punto que todos los instantes de mi vida son prodigios sibaríticos”.