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La discreción de la carta/letra robada

Lo “discreto” articulado a la carta robada, da nombre a este “trencadís”, como un modo de aproximación a la sutileza que la clínica de la psicosis ordinaria implica. Al contrario de lo indiscreto y ostentador, la letra/carta robada, es discreta.

Su discreción sirve de orientación en la época del Otro que no existe.

Ella no es evidente. Su color, intensidad o brillo permite, se confunde, con la apariencia ordinaria de otra, hasta ser incluida en la supuesta normalidad. No vemos lo que es evidente. En otras palabras, ella no funciona como excepción, se opone a la indiscreción y lo extraordinario, para hacer creer.

El empleo del adjetivo discreto que fue utilizado por Lacan con relación al significante, en su primera enseñanza, para indicar la discontinuidad de la cadena significante hecha de elementos diferentes y separados, toma un giro desconcertante, para dar cuenta en la última enseñanza, que más allá de la relación que tiene un significante con otro, hay el signo, que no está en relación a otro signo, sino que implica la relación a uno solo. Es lo que nos muestra el equívoco en juego en la carta-letter/litter. La letter (carta) separada del mensaje que porta, es litter, objeto, desecho. Allí donde no hay más sentido….hay signo, real. Esa letra que marca y hace litoral entre goce y saber, que Lacan llamó sínthoma, da cuenta de esa singularidad que hace a cada sujeto inclasificable e introduce una continuidad que posibilita diferentes formas de anudamiento.

La clínica de la de la psicosis ordinaria enseña sobre este modo discreto del signo. Inclasificable y singular. No entra en ninguna clase, esta por fuera de toda universalidad.

Pequeños indicios, que pueden pasar desapercibidos se sitúan “en la juntura mas íntima del sentimiento de la vida del sujeto”,[i] y van a corresponder a los modos en los que el sujeto teje la trama sobre el agujero para evitar la precipitación. Como ha dicho M. Bassols, “discretos acontecimientos de cuerpo, sutiles plomadas de sentido en el deslizamiento de la significación, velados fenómenos de alusión, suplencias minimalistas en las que el sujeto sostiene la frágil estabilidad de su realidad psíquica. Estos fenómenos estaban ahí, a la vista de todos, pero se confundían por su frecuencia con el paisaje de la normalidad.”[ii]

La discreción de la “carta/letra robada” se comporta como una pieza suelta que pueda ser aplicada a los signos y/o soluciones discretas de la psicosis ordinaria, pero también, a los signos discretos de la feminidad y aquellos de los que da cuenta cada analista. Invenciones, que permitirían –por qué no- pensar en una misma serie, psicosis ordinaria, feminidad y pase.

[i] Lacan, J. “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”. (1957-1958). En Escritos 2, Siglo XXI editores, B. A. 1989.

[ii] Bassols, M. “El elogio de la psicosis ordinarias”. Jornadas ELP Madrid. 20/11/2016